Sunday, April 09, 2006

Un Reportaje que salio en el Nacional ( Usted tiene la palabra)

Un país patas arriba


Eduardo Galeado nos habla de un mundo al revés, de una sociedad planetaria "patas arriba".

Aquí nos toca presenciar, vivir y sufrir un pedacito de esa humanidad: un país, una pequeña nación, un espacio de vida en sociedad "patas arriba", totalmente al revés.

Los árbitros son parciales: la Junta Central Electoral, la Cámara de Cuentas, la Suprema Corte de Justicia, la mayoría de los jueces y juezas.
Los árbitros no arbitran y entonces tienen que recurrir a Agripino, que hace tiempo ha debido de ser juzgado, cuanto menos para que explique para que sirvió el Diálogo Tripartido, el consenso sobre la Ley Electoral en la Pucamaima y sus "buenos" oficios respecto al tema de la seguridad social.

El Cardenal no orienta sobre las palabras de Dios, ni imita el voto de pobreza de Jesús, sino que insulta y disfruta de una ostensible opulencia.
Los pobres que roban huevos son drásticamente condenados, mientras ciertos curas que violan niños, los banqueros que atracan ahorristas, los funcionarios que roban decenas de millones... disfrutan de la más apacible libertad.

Los haitianos son malos siempre, aunque trabajen honestamente y se solidaricen con sus semejantes; pero los blancos, sobre todo si son rubios, son buenos "per sé", aunque se propongan meterse Bahía de las Aguilas en sus bolsillos.

La policía encargada de combatir la delincuencia es una institución dominada por la delincuencia.
Las playas son nuestras por ley, pero no nos dejan entrar a ellas, menos aun en Semana Santa.
Los presidentes son gobernadores de colonia, los industriales son importadores, los banqueros bancarroteros, los políticos son bandoleros y los bandoleros se meten a políticos, el Congreso no legisla sino que se aprovecha del dinero fácil, las organizaciones no gubernamentales son financiadas por el Gobierno y pertenecen hasta a diputados de la oposición.

La Constitución y las leyes son violadas por los funcionarios que la proponen, por los legisladores que la aprueban y los presidentes que las promulgan.

Los presupuestos se los roban los mismos que los diseñan y que los aprueban.
La Corporación de Electricidad y las empresas eléctricas están encargadas de ofrecer y cobrar apagones.

Las tierras son propiedad de quienes nunca han tenido un machete, una azada o un arado en sus manos. Tampoco saben manejar tractores ni aplicar abonos.

Las clínicas son comercios, las escuelas también, los farmacéuticos no tienen farmacias, las empresas contaminantes hacen campaña por la preservación del ambiente.

Los deforestadores promueven la siembra de árboles.

Los niños y niñas no juegan, pero trabajan, los hombres violan, abusan, poseen todas las mujeres que deseen y que no deseen, y son premiados por lo "machos" que son, la mujer violada debe quedarse callada para que no la maten, los hombres nunca son prostitutos por vender o comprar el sexo, las mujeres siempre, ser mujer, negra y de origen haitiano es la peor desgracia que alguien deba soportar. Y si es niña, peor.

Los niños no tienen derecho a no ser golpeados, a pesar de lo tiernos y delicaditos(as) que son, los jóvenes no pueden vestir como les venga en gana pero la Primera Dama sí, más si es para visitar a la reina Isabel.

Producir deja mucho menos que vender, ser homosexual es un delito. Traficar con el sexo y vender menores es un buen negocio, y si lo hace un senador es un negocio honorabilísimo, explotar el trabajo ajeno es la ley más respetada porque produce plusvalía, privatizar la propiedad pública, las playas, los servicios colectivos es una virtud postmoderna.

Ser guerrillero o guerrillera es ser terrorista. Bombardear una ciudad o un país es defender la democracia y la paz.

Duarte y Lúperon son evocados para vender el país y aceptar la intervención militar, los haitianos desarmados nos invaden pacíficamente, los gringos armados nos vienen a salvar, la dependencia se forja exaltando la independencia que ya pasó, la globalización nos recoloniza y empobrece, pero se alaba.

¿Qué hacer en un país patas arriba?

Poner en su lugar sus pies para dar una patada por las nalgas y echar abajo a los que pusieron todo al revés. ¿Difícil?

No creo. Observen que aquí nadie colecciona afiches de Bush, de Balaguer, Hipólito o Leonel, pero muchos atesoran retratos de Duarte, Caamaño, Minerva y el Che.

No todo se ha perdido, sólo que las cosas están al revés y hay que enderezarlas. Y hay con qué, no olviden que Venezuela también estuvo "patas arriba".
- NARCISO ISA CONDE