Thursday, May 11, 2006

"Economia Dominicana y recomendaciones Futuras"

La pobreza está determinada por varios factores entre los cuales se destacan, bajos niveles educativos, desempleo, desigual redistribución del ingreso, ausencia de servicios básicos tales como agua, energía eléctrica, salud, educación y deterioro de los recursos naturales y del medio ambiental. El nivel de analfabetismo es alto, del orden de 18%; el 30% de la población no tiene acceso a agua potable y la mortalidad infantil y de madres parturientas se compara desfavorablemente con países con un nivel de ingreso similar al nuestro. El crecimiento económico que se ha experimentado en los últimos años no ha significado una reducción de la desigualdad, al contrario, persisten altos niveles de concentración del ingreso. El 10% más rico de la población concentraba el 56% del ingreso total, mientras que el 50% más pobre recibía menos del 10% del ingreso. El 40% de los hogares dominicanos tiene necesidad insatisfecha de vivienda, con el agravante de que el 65% no tiene suministro de agua potable, el 33% no poseen sistemas de eliminación de excretas y el 45% no dispone de servicios de recogida de basura. Estos indicadores de por sí nos presentan como un país con serios problemas y mucho más para basar nuestro desarrollo en los sectores de servicios que son muy vulnerables a este tipo de problemas.

La última década de este siglo XX termina para República Dominicana con una crisis en un sistema medio ambiental cuyos factores más destacados son la deforestación, la erosión del suelo, pérdida de productividad de los terrenos agrícolas, modificación del régimen de ríos, arroyos y contaminación de las aguas y degradación de las costas.
La pérdida de la biodiversidad se manifiesta con el deterioro de la cubierta vegetal, la reducción de la productividad y la sobre exportación, por el progresivo deterioro de los recursos naturales y el medio ambiente. Lo que a la larga afecta el modelo de desarrollo de los servicios y en especial del turismo.

La década pasada continuó con el deterioro del sistema energético nacional, el déficit energético ha rondado en más de 40% de la demanda. Los cortes en el suministro o apagones han estado a la orden del día, constituyéndose en una amenaza para las pequeñas y medianas empresas, lo mismo que a la dotación de agua potable, el sistema de salud para clínicas y hospitales y los problemas de conservación de alimentos, lo mismo que en los costos de las empresas que han tenido que dotarse de plantas propias, limitando con ello su competitividad. La privatización de la Corporación Dominicana de Electricidad es ya una realidad, ha comenzado con tropiezos, pero el país espera que en los primeros meses del próximo año se restablezca el normal suministro energético.

En una situación de creciente desigualdad en el acceso a la riqueza, alto desempleo y pobreza, la criminalidad prolifera y la familia que es la base de la sociedad se desarticula por la falta de control y guía a los hijos. En la República Dominicana la criminalidad se ha incrementado también como consecuencia de las repatriaciones de dominicanos que guardaban prisión en cárceles norteamericanas. En este marco, el modelo económico basado en el desarrollo de los servicios, se convierte en vulnerable.

El desarrollo para la próxima década seguirá sustentado en el sector de los servicios, pero sin descuidar los demás sectores que son generadores de empleo, productores de alimentos y de divisas. La estrategia del desarrollo tiene que estar orientada, de un lado, hacia la competitividad de los sectores de servicios y, del otro, hacia la dinamización de los sectores agropecuario, agroindustrial, manufactura y minería; así como la protección de los recursos naturales y el medio ambiente.

Esta estrategia debe proveer una vinculación entre los sectores de servicios y los sectores productivos de forma tal que haya un efecto hacia atrás, vinculándolo a la base productiva y hacia delante al mercado.
La globalización y competitividad de la economía le plantea tres retos o desafíos importantes:
- El primero, es el de añadir a las universidades una fuerte dimensión internacional a los planes de estudios como parte integral de la educación general de todos y cada uno de los estudiantes.
- El segundo reto o desafío, es el de ofrecer una mejor orientación profesional y tipos más adecuados de conocimientos, habilidades y experiencias prácticas que permitan a los egresados adaptarse con mayor facilidad a más mercados laborales en constante proceso de cambio. El reto o desafío planteado a las universidades es el de aprovechar la importante oportunidad ofrecida por la pertenencia a los esquemas de integración tales, como CARICOM, MCCA y ALCA, para reforzar las actividades de investigación científica y técnica actualmente descontinuadas en las universidades, máxime que la nueva ley de educación superior, ciencia y tecnología, ya está en ejecución.
- Un tercer punto, es el considerable cambio que se está produciendo en el mercado de trabajo para los graduados universitarios. Desde el punto de vista histórico, el sector público ha constituido el mercado laboral fundamental para los graduados universitarios, a los que se aseguraba en la práctica un puesto en el sector público una vez finalizado sus estudios. Pero en este momento se está produciendo un divorcio cada vez más marcado entre la educación universitaria y los puestos de trabajo en el sector público, esto así debido a que la globalización y en especial los organismos de financiamiento internacionales, con las llamadas reformas económicas, están exigiendo un achicamiento del sector público en todos nuestros países. Cabe esperar que en el futuro y sobre todo cuando se produzca un aumento en el crecimiento económico, una proporción cada vez mayor de graduados universitarios encontrarán empleo en el sector privado. Esto tiene importantes implicaciones para las expectativas de los estudiantes y su elección de carrera, así como para la reforma de los planes de estudios de las universidades.
La globalización y la apertura de la economía imponen esta reestructuración productiva, en un ambiente de sostenibilidad, equidad y el enfrentamiento a las condiciones de pobreza para alcanzar la gobernabilidad.

Para garantizar un adecuado modelo de crecimiento económico se requiere de una liberalización del comercio, mejoramiento en el clima de inversiones, fortalecimiento de la competitividad y estabilidad macroeconómica, lo cual implica la aplicación de una tasa de cambio real, tasas de interés atractivas, un nuevo código financiero y monetario, promoción de las exportaciones, reformas al sector educativo y reforma y modernización del sector público, para lo cual se destacan la administración y control presupuestario, instauración del servicio civil y la carrera administrativa y el reordenamiento institucional.

La inversión pública debe reorientarse hacia los sectores de educación, salud, vivienda, saneamiento ambiental y hacia los sectores productivos tales como agropecuario, agroindustrial y en especial a la dotación del sistema de riego y drenaje, caminos vecinales y la pecuaria, también a la titulación y propiedad de la tierra. Debe centrarse, además, en la manufactura, la minería y de manera especial a la definición de la política energética y a la reducción de la pobreza, así como a la protección de los recursos naturales y del medio ambiente.

La estrategia debe dar como resultado un plan de desarrollo sostenible, el cual proporcionará un crecimiento del producto interno bruto (PIB) para toda la economía de los próximos 15 años del orden del 7.0% y, en particular, para los sectores productivos agropecuario, agroindustrial, manufactura y minería del orden del 5.0%. Los sectores de servicios aportarán un 63% del PIB y los sectores de bienes el 37% restante, con una mayor vinculación productiva entre los dos sectores de la economía y no como al presente en compartimientos estancos.
Esto será posible dado que no se prevé en ese horizonte temporal ninguna recesión en la economía europea ni norteamericana que son las fuentes de inversiones, de flujo de turistas y de las remesas de los dominicanos en el exterior.
En lo que respecta al nivel de empleo, al finalizar el período de la aplicación del plan (2015) la tasa de empleo subirá a un 93% de la Población Económicamente Activa (PEA), con un desempleo del orden del 6.7%, mejorando con ello los niveles de ingreso, además de la calidad de la educación, salud, vivienda y seguridad social, lo que redundará en una disminución de las condiciones de pobreza y una elevación del nivel de bienestar general de la población dominicana.

La demanda de empleo de profesionales por el aparato productivo nacional, estará concentrada en el sector de los servicios, que es y será el más dinámico de la economía, aunque se prevé un mejoramiento en la absorción de empleo, incremento en la producción de alimentos para consumo interno y exportaciones y generación de divisas por parte de los demás sectores productivos.

La matrícula de las universidades ha crecido de 9.5% en 1995 a 19.1% para 1999 a una tasa acumulativa anual del 11.7%, lo propio ha ocurrido con la tasa de crecimiento de los egresados que lo ha hecho en un 17%. Basta presentar por ejemplo la UASD, tenía en 1994 una matrícula de 41,139 estudiantes y ya para 1997 llegaba a 81,753; y en 1999 estaba cercana a los 113,000 estudiantes. ¿Cuáles son los factores que han contribuido a este espectacular crecimiento?
- El derecho de cualquier ciudadano cualificado a acceder a la educación universitaria.
- El considerable aumento de alumnos matriculados en el nivel secundario, así como en la proporción de grupo de edad que pretende entrar en la universidad.
- La espectacular elevación del número de mujeres matriculadas en la universidad que ha alcanzado actualmente un nivel aproximado de paridad con los varones matriculados.
- La introducción de nuevos campos de estudios ligados a nuevas tecnologías y a sectores avanzados de la economía dominicana en proceso de modernización.
- La creciente tendencia de los empleadores a insistir en la exigencia de elevadas titulaciones académicas en las pruebas iniciales a solicitantes para empleo o puestos de trabajo de nivel intermedio y superior.

Tanto en el pasado reciente, como de seguro en el futuro, el problema más difícil y complejo con el que se encontrará la educación superior, será el del desajuste cada vez mayor entre el número y tipo de graduados que salen anualmente de las universidades y la capacidad de la economía para asimilarlos y utilizarlos de forma productiva. En cualquier escenario de crecimiento económico, la demanda de profesionales del aparato productivo nacional será inferior a la oferta de egresados de los Institutos de Estudios Superiores, por lo que el gran reto de futuro será diversificar carreras y diseño curricular acorde con el desarrollo económico dominicano.

La necesidad de establecer estrategias de financiamientos para la educación superior que estén acordes con necesidades y posibilidades de desarrollo social y que tengan como estandarte la promoción de la justicia y de la equidad social. Conjuntamente con el componente de financiamiento, se hace necesario pensar las estrategias para el manejo y uso de los recursos disponibles, esto es, el componente de gestión institucional tanto en el ámbito académico como en el administrativo.
Es de todos conocido el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación en la viabilización de los procesos pedagógicos. La misma gravita no sólo en la búsqueda y tratamiento de información y conocimientos ya existentes; sino, además, en la aplicación de nuevos conocimientos e informaciones y mayor aún en la comunicación de los mismos.